Los modelos de aprendizaje híbridos, que consisten en combinar la educación en línea con las interacciones presenciales, han pasado de la noche a la mañana de ser un concepto que empezaba a plantearse y evaluarse en muchos centros, a convertirse en un esquema repentina —e íntegramente— aceptado. Al principio de la pandemia, los centros educativos de todo el país se vieron forzados a cerrar sus puertas y todos los alumnos tuvieron que seguir las clases desde casa. Más tarde, en otoño, los colegios volvieron a abrirse, pero pronto debieron implementar un cierre parcial, lo que dio lugar a un modelo híbrido para reanudar la actividad de los centros de todo el país.
Según los expertos, hay posibilidades de que este tipo de aprendizaje híbrido continúe usándose tras la pandemia.
Una rápida transición a los modelos de aprendizaje híbridos
Michael Huseby es director ejecutivo y presidente de Barnes & Noble Education (BNED). «La rápida transición al aprendizaje en línea realizada por las universidades y centros de educación superior en respuesta a la pandemia del coronavirus ha obligado, tanto a docentes como a alumnos, a reconsiderar el papel de la transformación digital en la educación superior», afirma Huseby. Pero añade que: «Aunque el cambio al aprendizaje en línea ha puesto de manifiesto el valor de las opciones del aprendizaje virtual para mantener la continuidad de la enseñanza, también ha llamado la atención sobre la importancia que sigue teniendo la experiencia presencial para impulsar el rendimiento y el bienestar de los alumnos».
Huseby señala una reciente encuesta del BNED sobre el impacto de la pandemia en la salud mental y el aprendizaje, que indica que el 89 % de los alumnos está decididamente de acuerdo en que la interacción social presencial es una parte integral de su experiencia universitaria. Muchas universidades están reconociendo este hecho y, según él, están dando un giro para ofrecer soluciones de aprendizaje híbrido.
Huseby prevé que el aprendizaje híbrido se extenderá hasta la primavera de 2021, e incluso después. Aunque reconoce que el «regreso a la normalidad» sigue siendo la meta final, señala que las opciones de aprendizaje híbrido pueden y deberían jugar un papel importante en el futuro de la educación superior. «En el lapso de dos semestres, ya hemos hecho un largo recorrido. En respuesta a las lecciones que hemos aprendido en todo este tiempo, los centros universitarios y terciarios están construyendo un nuevo futuro más adaptable para la educación superior», afirma Huseby.
Estrategias de aprendizaje híbrido: un nuevo estándar
Los modelos de aprendizaje híbrido acabarán siendo lo habitual en las universidades del futuro, según sostiene el Dr. James Wallace, vicepresidente ejecutivo de los servicios de inscripción y asociación de All Campus. «Como mínimo, se convertirán en la norma de los programas de posgrado, en los que los alumnos esperarán disponer de opciones de aprendizaje flexibles y adaptadas a sus necesidades como profesionales ocupados», afirma.
En otros entornos, explica Wallace, las universidades están segmentando a los alumnos según la modalidad: en línea o presencial. «Esta segmentación acabará desapareciendo y será sustituida por opciones híbridas que permitan a los alumnos elegir entre asignaturas en línea o presenciales en el campus para completar sus programas de grado».
Y, aunque el aprendizaje híbrido aún era objeto de exploración en el área universitaria y no era tan prevalente en la educación primaria, la pandemia ha obligado también a los alumnos más jóvenes y a sus profesores a experimentar esta modalidad, que rápidamente se está convirtiendo en un nuevo estándar.
La combinación de herramientas de enseñanza en línea y presencial en la educación superior presenta sus ventajas e inconvenientes, algo que se evidencia a medida que superamos la pandemia y recuperamos un estado más normal.

Ventajas y desventajas del aula de aprendizaje híbrido
Según Wallace, en el corto plazo, la primera ventaja del aprendizaje híbrido es que «por fin está ocurriendo y se le está dando importancia». La pandemia, dice, «puede proporcionar cierto margen de maniobra a los centros educativos que han cometido errores durante esta rápida transición a los modelos de aprendizaje en línea e híbridos, de manera que puedan mejorar sus experiencias en línea de cara al futuro».
Thomas Hoover es director de Sistemas de Información en Louisiana Tech University. «Estas nuevas formas de aprendizaje presentan algunas ventajas», afirma, y predice que el aprendizaje híbrido supondrá un cambio importante en la enseñanza superior. «Las características del alumno universitario tradicional siguen cambiando: desde estudiantes que acaban de terminar la secundaria hasta personas mayores que quieren conseguir un título superior, personas que retoman los estudios para terminar la carrera, personas que quieren hacer una nueva carrera, etc.», dice Hoover. «Este nuevo modelo de aprendizaje híbrido es más favorable para estos nuevos alumnos que, en ocasiones, también trabajan a tiempo completo y ya son estudiantes a distancia. En realidad, esto ya venía ocurriendo durante los últimos veinte años, pero ahora se ha extendido prácticamente a todos los centros universitarios».
Sin embargo, existen posibles inconvenientes y cuestiones que hay que tener en cuenta, especialmente si el aprendizaje híbrido sigue desempeñando un papel central en el currículum académico (lo que es muy probable que ocurra).
Durante la pandemia, continúa Wallace, se comprimió el desarrollo de las asignaturas y la formación de los docentes. Sin embargo, un buen diseño pedagógico «requiere de una estrecha coordinación y colaboración con el profesorado para garantizar que su visión de las asignaturas se haga realidad», explica.
Wallace también señala que «el deseo de pasar a estructuras de aprendizaje híbridas o que fomenten la virtualidad puede toparse con obstáculos legislativos o de acreditación, los cuales pueden seguir cuestionando la validez de las experiencias de aprendizaje en línea en comparación con las experiencias presenciales en el campus». Según Wallace, la prioridad principal debe seguir siendo la de demostrar los resultados satisfactorios de los alumnos en estos tiempos difíciles, cuando la mayoría del aprendizaje se produce de manera virtual.
Mirando al futuro con el aprendizaje híbrido en el horizonte
El área de servicios estudiantiles representa una oportunidad para realizar mejoras. Desde siempre, los servicios estudiantiles se han centrado en los alumnos que se encuentran en el campus de manera presencial, privando a los alumnos en línea de muchas de las ventajas que tales servicios podrían ofrecer, sobre todo si están alejados geográficamente del centro educativo físico. «Esto podría cambiar drásticamente, dando lugar a un mayor abanico de servicios para todos los alumnos, independientemente de la modalidad», señala Wallace. Pero añade que: «A largo plazo, los alumnos podrían perder el acceso a los eventos celebrados en el campus y a las oportunidades de crear redes de contactos si optan exclusivamente (o en gran parte) por la modalidad en línea. Además, no todos los programas se pueden realizar en forma parcial o totalmente virtual, ya que en ocasiones es necesario el componente presencial».
Hoover coincide en que una de las desventajas del aprendizaje híbrido radica en la necesidad que tienen los alumnos de relacionarse con otros estudiantes y con el profesorado. «Según mi experiencia como director de Sistemas de Información y como alumno de doctorado, es crucial que el profesorado interactúe con sus alumnos y se mantenga en contacto con ellos», explica.
Aun así, Wallace predice que los modelos de aprendizaje híbrido «conducirán a una mejor inversión en tecnología a largo plazo, lo que a su vez llevará a que los alumnos logren mejores resultados». Según Wallace, cuando se prioriza el aprendizaje en línea, también se priorizan las herramientas y la tecnología que lo impulsan, por lo que se ofrece una mejor experiencia tanto para alumnos como profesores».
Cuando se abre el aula de aprendizaje híbrido, se abre la caja de Pandora.
«Creo que algunas de las formas de aprendizaje híbrido han venido para quedarse», afirma Hoover, y concluye: «La pandemia del coronavirus ha forzado a todos los centros educativos a tomar nuevos caminos».