Tradicionalmente, gran parte de la formación de los empleados se realizaba de forma asíncrona, o «bajo demanda». Los empleados podían conectarse y acceder a la formación a su antojo para adaptarse tanto a las variaciones de las preferencias personales como a los horarios. Sin embargo, con la aparición de la pandemia y el cambio hacia el trabajo remoto e híbrido, las sesiones de formación también se celebran hoy en día de forma sincrónica, ya que los empleados se sienten más cómodos reuniéndose virtualmente.
Hoy en día no se trata de un entorno de formación de uno u otro tipo. Tanto la formación sincrónica como la asíncrona tienen cabida, y ambas presentan ventajas e inconvenientes específicos para la formación en línea de los empleados y su compromiso.
La terminología de la formación sincrónica y asíncrona
El Dr. Richard Kordel dirige el máster en Tecnologías del Aprendizaje y Sistemas Multimedia en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Harrisburg, Pennsylvania, EE. UU.«Históricamente, ha habido bastante variación en el uso de los términos relacionados con la formación y el aprendizaje de los empleados en línea», afirma Kordel. La terminología también ha cambiado con el tiempo.
«La primera distinción que recuerdo que se hizo en el mundo empresarial fue entre la formación “dirigida por responsables” y lo que en aquel momento se llamaba EAO (enseñanza asistida por ordenador)», dice Kordel. «Estos dos tipos de formación se diferenciaron en base a lo que él llama una división “tradicional”». La formación que era «atemporal» —como la seguridad en escaleras o la funcionalidad de la red— podía convertirse en EAO (enseñanza asistida por ordenador) porque se podían aprovechar todas las ventajas de la formación basada en ordenadores. «Las economías de escala en la entrega, la presentación estándar del material y las evaluaciones validadas se convirtieron en factores que propiciaron su éxito», declara.
Con el tiempo, sin embargo, Kordel dice que la simple división entre la EAO (enseñanza asistida por ordenador) y la formación de los empleados dirigida por responsables se ha convertido en algo más polifacético impulsado por la amplia disponibilidad de tecnología barata.
Han surgido dos términos generales relacionados con la formación en línea de los empleados: enseñanza sincrónica y asíncrona. La formación sincrónica es el aprendizaje que tiene lugar en tiempo real con un profesor, lo que permite que los alumnos participen entre sí. La formación asíncrona tiene lugar en entornos que no requieren que los participantes o los profesores interactúen al mismo tiempo. Hoy en día, la mayor parte de la formación de los empleados se beneficia de un entorno digital y de la capacidad de utilizar herramientas como Class para compartir información de forma sincrónica y asíncrona.
Un modelo de gran tradición en el campo de la educación y el diseño de materiales formativos (la taxonomía de Bloom) puede proporcionar alguna orientación desde el punto de vista académico sobre cómo tomar decisiones diseñadas para impulsar tanto el aprendizaje como el compromiso de los empleados.

Usar la taxonomía de Bloom para decidir qué tipo de formación impartir
Kordel dice que si se dirigiera a los diseñadores de formación señalaría la taxonomía de Bloom como guía para saber cuándo la formación sincrónica y asíncrona podría ser el mejor enfoque.
«Las cosas que se encuentran en la base de la taxonomía de Bloom —hechos, cifras y capacidades— podrían presentarse mejor mediante una clase asíncrona», señala Kordel. Este tipo de información, explica, «podría necesitar ser revisada varias veces, y la clase grabada podría convertirse en un documento de referencia hasta ser memorizada».
Sin embargo, los temas de la parte superior de la pirámide, que requieren más análisis e interacción, se prestan a la formación sincrónica. «Sencillamente, la mayoría de las veces, estas lecciones no serían tan eficaces si no fuera posible la interacción», afirma Kordel.
También hay consideraciones prácticas. Los expertos en aprendizaje y desarrollo tienen en cuenta tanto los modelos de aprendizaje como el compromiso de los empleados a la hora de determinar las mejores formas de compartir la información.
La importancia del compromiso de los empleados y su formación sincrónica y asíncrona
Molood Ceccarelli, instructora de liderazgo y gestión del cambio y fundadora de Remote Forever, señala que hay beneficios en los métodos de formación sincrónica y asíncrona para formar a los empleados. «Según mi experiencia, la formación asíncrona ofrece una mejor oportunidad para que la gente digiera la información a su propio ritmo, cuando esté preparada y dispuesta a recibirla. También da al estudiante la oportunidad de detenerse y reflexionar sobre lo que ha aprendido, así como el espacio para hacer su propia investigación para complementar su aprendizaje», comenta. «Por otro lado, la formación sincrónica tiene la ventaja de proporcionar al alumno una pertenencia emocional a su empresa y a su equipo, ya que todo el grupo recibe la formación al mismo tiempo».
Sin embargo, desde el punto de vista de la empresa, la formación sincrónica de los empleados tiene algunos inconvenientes, expresa Ceccarelli, como la necesidad de repetir un programa de formación varias veces para cada grupo que deba ser formado. La solución: un modelo híbrido. En un modelo híbrido, dice Ceccarelli, «los contenidos se entregan y consumen de forma asíncrona, acompañados de sesiones sincrónicas para la práctica posterior del material aprendido y de preguntas y respuestas».
La Dra. Sana Shaikh, es una experta en teoría y comportamiento organizativo y consultora que ha dirigido talleres sincrónicos y asíncronos. El trabajo asíncrono, señala, «permite la perspectiva de un mayor compromiso de los empleados, una gran herramienta cuando, como empresa, la premisa es construir la cultura organizativa y crear un impulso de responsabilidad y expectativas compartidas». El trabajo sincrónico, por el contrario, dice Shaikh, «permite una mayor interacción con el facilitador y la comprensión de que el equipo está trabajando en el cargo simultáneamente y en tiempo real».
Los dos pueden utilizarse conjuntamente, declara Shaikh.

Adoptar un enfoque híbrido para la formación de los empleados
Los profesionales de la formación y el desarrollo de hoy en día tienen la ventaja de poder combinar lo mejor de la formación sincrónica y asíncrona, ya que buscan comprometer a los empleados que pueden estar tanto a distancia como in situ.
«El trabajo asíncrono es una gran modalidad de preparación previa a una sesión sincrónica. Los talleres asíncronos también dan a los empleados independencia y les proporcionan el espacio necesario para tomarse realmente el tiempo necesario para entender los conceptos presentados en la formación», señala Shaikh. Y, para aquellos que necesitan un tiempo adicional de procesamiento, el trabajo asíncrono es un gran vehículo para los diferentes estudiantes que necesitan ese tiempo, dice.
A estas alturas debería estar muy claro que, como afirma Ceccarelli, «no hay una respuesta absoluta sobre cuál es la mejor manera, ya que la elección del método depende del contenido y de la audiencia».
A la hora de decidir entre la formación sincrónica y asíncrona, no es una propuesta de «todo o nada». Ambas tienen su lugar en función de la información que se comparta, así como de las preferencias del profesor y del estudiante.